miércoles, 5 de febrero de 2020

Edward L. Thorndike

Edward L. Thorndike, por ejemplo, definió ya en 1920 lo que él llamó la «inteligencia social», esa habilidad básica para comprender y motivar a otras personas. David Wechsler, por su parte, y llegados los años 40, dejó claro que ningún test de inteligencia podía ser válido si no se tenían en cuenta aspectos emocionales. Más tarde, el propio Howard Gardner ya pondría los primeros cimientos con la séptima de sus inteligencias, la llamada inteligencia interpersonal, muy parecida sin duda a la emocional.
No obstante,fue en 1985 cuando apareció por primera vez el término «inteligencia emocional» gracias a la tesis doctoral de Wayne Payne, la cual, llevaba por título Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional. Solo 10 años después,un psicólogo y periodista norteamericano llamado Daniel Goleman inició algo que aún no se ha detenido y que nos ha hecho descubrir a todos, el gran poder que las emociones tienen sobre lo que somos, lo que hacemos y en cómo nos relacionamos.









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